
Quiso el azar que el fin de semana pasado terminara en Normandía y de manera más específica en la ciudad de Honfleur y sus alrededores.
Ahí, lo esperado: el mar frío, las playas llenas de piedras y conchitas, que tanto me gusta espurgar hasta encontrar un puñado que conservo, las gauffres, los helados, las ostras, el delicioso jugo de manzana artesanal y pequeños pueblos rodeando la costa normanda.
La sorpresa vino cuando descubrí que esa ciudad albergaba la casa natal de Erik...
[Lire la suite]