Saludos polkadots desde place Vendôme
El azar me ha traído de vuelta a Francia y en lo que va del año he abrazado cambios radicalmente alegres, volubles y chifaldos. El blog ha resentido mi ausencia y sus visitantes también. Recibí algunos mensajes muy amables de lectores que preguntaban si ya estaba dead. No, para nada. Ya estoy bien instalada y tengo muchos paisajes, libros, textos, pelis y música por compartir.
Pensaba que fue en 2003 cuando abrí este blog (en ese entonces albergado en otro dominio y que ha sufrido dos mudanzas ya). No tiene sentido negar que algunas veces he experimentado tedio y hastío y que mi ubicuidad en rincones como instagram, twitter, facebook & co. me había apartado un poco de lo fundamental, de aquí, de mi casa para siempre.
Hice un viaje exprés a México y entre otras cosas, entregué las correcciones del libro de poemas Cuando la nieve caiga en el Mediterráneo, que deberá publicarse a finales del mes entrante.
He pensado mucho en una frase del último libro de Jean-Yves Jouannais donde dice que los artistas no tienen ideas; sólo tienen obsesiones. Ser monotemático es quizá lo más congruente que uno pueda ser.