(J) Oda a la cafeína

Son las 3:04 am y no logro dormir después de haber consumido un latte "mediano" (tomar en cuenta que las porciones en Canadá son grandes) y con una cantidad inimaginable de cargas de café que le debieron poner. Sufrí deshidratación, mareos, dolor de cabeza, acidez estomacal y claro, no puedo dormir. Cabe señalar que no consumo casi café. Entonces escribí esta cosa para burlarme de mi situación:

(J) Oda a la cafeína

Me punza la panza

y el tiempo no avanza.

Me punza el oído

¿Qué es este silbido?

Pirañas adentro, calambres afuera,

¡Conciliar el sueño, qué más quisiera!

El café en mi vida:

bebida non grata;

le ordeno la huída,

que no dé más lata.

Esta noche en vela será mi recuerdo

y cuando el próximo latte me tiente

recrearé este punzante hastío puerco:

responderé firme: “Per me? Niente!”

 Karla Olvera (3:10 am 8/07/2011).

Comments

[rodo]

hola karla soy rodo hace tiempo mucho tiempo que no visitaba tu blog, me he perdido muchos posts asi que tengo un buen motivo para darme vueltas por aca.

Mucha suerte amiga.

rodos

[Carme Carles]

Creo que el problema del café es que se acentúa demasiado la e y esto no le sienta bien a la cafeína.
Salut

[peret]

ja, ja, ja

esto si que tiene gracia. Y yo que me creía un flojo!!
Mire Karla, estimada, créame, eso nunca le pasará con el té, porque como ha podido comprobar las propiedades del café son muy muy fuertes. Eso me pasa con el ron, o con el orujo, porque no estoy acostumbrado, pero tengo que decir que tomo café desde jovrncito y lo tengo bastante controlado. Algunos le llaman el síndrome de las siete horas, es decir que la desvelará siete horas después. Yo sin embargo si lo tomo justo antes de irme para la cama duermo apaciblemente. Es toda una sabiduría saber controlar cuantos cafés puedes tomarte al día, y en que momentos para no sufrir transtornos de sueño o de nervios. Dicen que más de dos descalcifica, y que si se abusa baja las defensas y se está listo para una gripe. Creo que no podría vivir sin café. Cando voy de camping me llevo mi cafetera italiana, y es un rito para mi mis cafeses, que de vaciones pueden ser tres o cuatro al día, Para evitar transtornos innecesarios, cuando tengo que ir al día siguiente al trabajo, me tomo una en el desayuno, y ocasionalmente, uno cinco minutos antes de ir para la cama. No problem. Ese es mi casi, pero sé que las relaciones de la gente con el café son tantas como las propiedas que tiene.
Hay otra costumbre que no me resisto a comentar, una costumbre castellana de hace años que algunas familias mantienen, pero a otros no les gusta: se trata de freir rodajas de pan de trigo. Simplemente en la sartén se hierve el aceite de oliva y se frie sin llegar a quemarlos, después de echa un poco de azucar, se trocea en el café, que toma las gotitas de aceite en la superficie. Es de alimento, pero después de comer el pan el café con el aceite del pan está muy bueno. Son costumbres de viejos que pasan de generación en generación, es poco finolis pero todo lo mejor del pueblo llano es poco finolis, sin embargo guarda un secreto que ni la más refinada cocina podrá nunca entender.

Saludos Karla, y siento que su experiencia con el café haya sido tan negativa.