The last shandy in HALP, Dora y las carambolas
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Enrique Vila-Matas me ha delatado frente a Dora T. Malú. Hoy reveló en su blog en web (Historia Abreviada de la Literatura Portátil) que le pedí el correo electrónico de Dora. Cuando lo leí, me sonrojé. Ahora todo el mundo sabe que quiero ponerme en contacto con ella. Ahora ella lo sabe.
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La primera vez que leí el apellido Malú fue en Nunca voy al cine. Recuerdo también la palabra "impoluto", que de hecho estaba en plural y calificaba a los guantes de Rita Malú en un relato. Después, lo seguí viendo en otros libros, pero no tenia la certeza de que ese personaje existiera en la vida real, al menos no con el mismo nombre. Ahora la tengo. Me llama la atención que tanto la madre como la hija llevan nombres que son diminutivos de otros nombres: Dora y Rita.
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En su HALP, Vila-Matas también le pide a Dora que se vuelva un ejemplo para las nuevas generaciones de copistas, de amanuenses. El último gran amanuense de la literatura mexicana fue José Emilio Pacheco, a quien Arreola le dictó el Bestiario en un lapso de una semana...eso sí que lo sabe Vila-Matas.
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La entrada 24, "El último shandy" me deja un sabor de boca como de carambola: discreto, fresco y estrellado.