Qué pena y no
Acabo de mirar en tve al hombre más bello del mundo y nisiquiera retuve su nombre.Qué pena y no.
Por lo que pude entender es un patinador austriaco, los ojos cristalinos, impolutos -este adjetivo se me ha pegado desde la lectura de Nunca voy al cine- , la sonrisa provista de una armonía descomunal, fue tal su impacto que me dio la impresión de nunca antes haber visto una sonrisa. Ahora ya hablan del descenso de los precios en diciembre y de la inflación interanual.
En realidad, tengo que hacer unas traducciones, no debería estar mirando la tele. Sin embargo, si no hubiera encendido la tele nunca hubiera visto al que hasta hoy me parece el hombre más bello del mundo.Olvidaba hablar sobre su nariz, misma que debió ser perfecta pues me pareció imperceptible.Qué bueno que lo ví. Qué bueno y no. Por cierto que nunca me salieron los nudos con la lengua en los palitos de las cerezas (cápsula de mousse de cerezas). Hoy podría estar en una mesa en Gardanne comiendo delicias con la abuela de otro hombre bello, aquel hombre bello y quién sabe quién más, pero no es así. Seguiré aquí y a pesar de ello, él cumplirá años hoy.Qué bueno y no. En realidad, qué bueno y sí, Además recibirá un MFB-KRAFTZWERG como regalo. Yo le daré algo más sencillo. He decidido apagar la tele.