Secuestrar el metrobús
En la ciudad de
México existe una fusión entre tramway
y bus llamada metrobús. Es parte del
sistema de transporte público. La línea que utilizo a diario es la de Indios
Verdes-Doctor Gálvez (misma que se extiende a su vez hasta El Caminero).
Yo lo tomo en
una estación que parte a la línea casi
simétricamente: Nuevo León. No es raro ver que de tanto en tanto pasen unidades
que dicen “Col. Del Valle” (otra estación intermedia) de modo que hasta ahí llega
y uno debe esperar otra unidad para poder llegar a Doctor Gálvez.
El sábado tomé
el metrobús para ir a hacer las compras al súper (hay uno en la estación Teatro
Insurgentes) pero no me fijé que abordé una unidad que llegaba hasta la estación
Colonia del Valle. Fue impactante bajarme
ahí pues antes que los pasajeros que bajamos en ese momento, habían acumulados
en la plataforma los que habían dejado cuatro metrobuses antes. Lo absurdo fue
que después llegaron tres metrobuses llenos de gente (es decir que habían
pasado consecutivamente siete con término en Colonia del Valle) y no cabía ni
un alma más en la plataforma de espera.
Todos deseábamos
que el octavo fuera por fin un “Doctor Gálvez” pero no...era otro Col. Del Valle.
Se vivía un clima de hartazgo y tenso al grado que presentí una insurrección
potencial. De este modo, le dije en voz más o menso alta a dos mujeres que
estaban a mi lado: “ Para ese caso, deberíamos subirnos y así se vería obligado
a llevarnos” y aunque ellas no lo hicieron, creo que “inspiré” a otros y
entonces se armó el caos.
Normalmente,
las unidades parten vacías de ahí pues es el término. Ahora el chofer trataba
de disuadirnos para que nos bajáramos. Como
vio que efectivamente, hacíamos un acto de resistencia civil, no tuvo de otra
que llamar a seguridad. Un señor llegó a decir: “Hay que bajarlo (al chofer) y yo manejo”. Por
fortuna las cosas no llegaron a tal punto. Permanecimos unos 15 minutos dentro
del metrobús y como el chofer no cedía, yo me bajé junto con otras personas
pero el ala radical de los ciudadanos insurrectos permaneció (serían unos 15).
Momentos más
tarde, llegó el tipo de seguridad y no pudo convencerlos de desalojar el metrobús
de modo que el chofer tuvo que partir con los 15 insurrectos. Los despedimos
con ovaciones, eran nuestros héroes...aunque sospechamos que los llevaron
directamente a una delegación.
El noveno
metrobús, fue por fin un Doctor Gálvez y yo hice mis compras con un ánimo revitalizado, recién
inyectado de aventura.