Enrique Vila-Matas en México DF
El viernes 1 de agosto de 2008 amanecí con mucha incertidumbre y a la expectativa. A las 19:00 horas iba a conocer (¡finalmente!) a Enrique Vila-Matas. Nunca lo había visto en persona pero ya había intercambiado correspondencia con él. Es sin lugar a dudas, mi autor vivo favorito.
El miércoles, en una charla casual, me enteré de que EVM estaba en territorio mexicano. No me lo creía. Google me lo comprobó, así como la prensa y un mail de publicidad de Anagrama. Efectivamente, estaba en México y el viernes daría una conferencia en el FCE Rosario Castellanos. Desde que lo confirmé, mis días comenzaron a suceder en cámara lenta. Su visita caía perfecto para mí porque disponía de todo el tiempo del mundo para irlo a ver a la hora que fuera su lectura y porque estaba por salir el nuevo número (16) de la revista Replicante -en el cual aparece un texto mío intitulado “La extravagante e interminable persecución azarosa-objetiva que me han propinado Vila-Matas y Sophie Calle”-.
Dos horas antes, en pleno trance nervioso.Decidí ponerme, mejor, una camisa negra.
Había que ir elegante a lo de Vila.Matas
De pronto, todo pasó a segundo plano, y lo único que justificaba el paso de las horas, era la proximidad del viernes. Rogelio Villarreal aka Roger me facilitó unos ejemplares antes del viernes (no era seguro que ya estuvieran distribuidos masivamente para ese día). De cualquier forma, Vila-Matas ya había leído mi texto pues lo envié un par de semanas atrás. Me había pedido que le enviara una copia de la revista. Su visita, me daba la magnífica oportunidad de dársela en sus propias manos.
Cuando me tomé mi té en la mañana, me sentía rara. Ni siquiera era como ir al concierto de una banda de culto, era mejor que eso porque en algún punto iba a poder hablar con él. Llegué desde las 18:30 y por mi puntualidad me tocó al centro de la segunda fila, justo enfrente de él. Estaba muy nerviosa.
Presentaba su último libro (planeado para salir en septiembre de 2008) el Dietario voluble (Anagrama) que es básicamente una suerte de diario y que recoge algunos apuntes inéditos y otros artículos publicados en Babelia. En la contraportada de dicho libro, sale Vila-Matas con unas gafas oscuras alucinantes, yo diría "detectivescas-chic". Su entrada fue impactante, avasalladora. Apareció con las mismas gafas oscuras con las que sale en la foto.
El silencio se hizo y Vila-Matas pronunció esto:
“A pesar de nada y a pesar de todo, prefiero estar en México”
Después, leyó dos extractos del Dietario voluble (aunque Café Perec ya lo había escuchado -en la conferencia Intertextualidad y Metaliteratura en formato mp3- y leído en El País). Antes, lo presentaron Guadalupe Nettel y Sergio González Rodríguez. Vila-Matas fue breve pero regio.
Pude filmar un extracto de la ponencia de Vila-Matas, para verlo, haz click: Video Vila-Matas en México D.F. by karlatone.
Después se organizó una firma de libros. Nisiquiera me pasó por la mente ir a tomar una copa de vino (también hubo brindis de honor). Me fui directamente a la fila para la firma de libros. Cuando fue mi turno, me presenté, le di un par de ejemplares de la revista Repliante, abierta donde salía mi texto. Le dio un vistazo y le gustó. Luego me dijo que sólo estaba firmando un libro por persona pues había mucha concurrencia, pero a mí me firmó dos excepcionalmente. Le di a escoger entre varios y decidió firmarme el Dietario voluble y la versión francesa de Doctor Pasavento. En éste último, incluso me hizo un bello dibujo. Salí sumamente conmovida y feliz.
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Ahora sí: ¡las fotos con Enrique Vila-Matas! y próximamente en youtube subiré los primeros 15 minutos de su conferencia (la parte inédita).
A punto de saludarme, tímido.
Sigue explorando y reconociendo mi texto. Le gusta cómo ha quedado impreso.
Sigue reconociendo mi texto y le echa un vistazo a los libros que llevo para escoger cuáles firmarme.
Se decide por: Dietario voluble y la versión francesa de Doctor Pasavento. En el segundo libro inclusive me hace un dibujo.
Dedicatoria con dibujo en Docteur Pasavento, Christian Bourgois, 2006. Traduc: André Gabastou.
Feliz momento en el que recupero mi libro y mi sonrisa habla por sí sola.
Me despido. Se queda contento de haber conocido a su gran fan "de hueso colorado" y vuelve la vista la revista que le di. Debo confesar que me sentí un poco apenada por haber sido tan efusiva mientras estuve frente a él...pero no lo pude controlar. Hubiera querido ser más discreta, más vila-matiana.
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Nota. Agradezco profundamente a mi querida fotógrafa por inmortalizar uno de mis días más emotivos.
Pd. Revista Replicante, número 16, se ve así, para que la reconozcan los despistados:
* No es porque yo lo haya escrito, pero a los que les interese el concepto surrealista del "azar-objetivo" , Enrique Vila-Matas y la artista plástica francesa Sophie Calle, creo que les podría gustar. Es una historia que podría parecer ficticia, pero es absolutamente real. La encontrarán en la sección de "Apuntes y crónicas" de la revista Replicante, no. 16. De venta en sanborns y librerias culturales. Aquí, breve extracto del comienzo de mi texto:
1
Tarascón, Francia a 11 de enero de 2006
Sala de profesores-fumadores del liceo Alphonse Daudet
Lo recuerdo vívidamente, era un miércoles. Revisé mi correo electrónico y para mi sorpresa, tenía un e-mail de Enrique-Vila Matas que llevaba por asunto “bartleby”. Me contestaba una carta que le había mandado en diciembre de 2005. Entre otras cosas, me decía:
“Te agradezco tu carta, que destaca mucho de entre las que recibo.
Ando atareado con un viaje este mes a Cartagena de Indias y con un trabajo que
he iniciado con la artista Sophie Calle. Al borde de la locura pero calmado en el
momento de escribirte”.
Me pareció surreal y magnífico que estuviera trabajando con Sophie Calle –artísta plástica francesa- pues yo admiraba mucho su trabajo tanto como la literatura de Vila-Matas. En ese momento me sentí depositaria de una gran confesión: la colaboración secreta de Vila-Matas y Sophie Calle.
En ese momento me sentí depositaria de una gran confesión: la colaboración secreta de Vila-Matas y Sophie Calle. Le compartí mi emoción a la escritora Sylvie Durbec (entiéndase: le reenvié el correo electrónico, lo cual fue producto de la emoción pues de todas maneras, ella no leía el español). SD copió la dirección de e-mail (naturalmente) y le mandó un texto de su autoría llamado Les Chaussures Vides (los zapatos vacíos), en el que hablaba de Robert Walser. El secreto lo guardé en lo más profundo de mí, desconociendo toda la serie de eventos sospechosamente relacionados que me pasarían periódicamente en el futuro...
.Ese es el primero de los 12 episodios que conforman mi texto.